Quiche vegetariana nº1

Las quiches son todo un invento por una infinidad de razones que se me ocurren ahora mismo:

• Te permiten utlizar una cantidad grande de huevos cuya fecha de caducidad se acerca peligrosamente (como era nuestro caso esta vez).
• Se puede aprovechar prácticamente cualquier cosa para el relleno.
• Se pueden servir frías, calientes, templadas.
• ... Los puntos suspensivos son para que añadáis vosotros mismos otro puñado de ventajas que se os ocurran ;).

Conozco a mucha gente que sólo prepara quiches con masa de hojaldre congelada, que no digo yo que no te saque de un apuro, pero para mí eso no es una quiche. Mi quiche de cabecera, la quiche de mi infancia, la sacrosanta quiche lorraine de mi madre (y también la de Le Cordon Bleu) tiene la base de pasta brisa, de toda la vida. Ahora bien, si tenéis placas de hojaldre en el congelador, adelante. Yo es que no tengo :P.

Tampoco tenía mantequilla para hacer la pasta brisa y me llegué al colmado* del pueblo a por un poco. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me ofrecieron dos tarrinas de margarina (WTF?) que tenían colocadas en una estantería al lado de la estufa de butano. Cielos.
Vamos, que casi lo dejé hasta que me acerqué a la civilización y compré mantequilla en condiciones. Antes de que alguien pregunte si se puede hacer la pasta brisa con margarina: sí, por poderse, se puede. A mí no me veréis hacerla, pero se puede. Si os da por ahí, por favor, utilizad una que haya sido conservada refrigerada, no os vaya a dar un algo.

Después de todas estas cosas se deduce, evidentemente, que la receta no es baja en calorías, pero no es plan tampoco de comerse media quiche de una atacada. Esto lo digo para todos los que estáis a dieta por ahí fuera o, como nosotros en casa, estáis en fase de mantenimiento intentando no volver a recuperar todo lo que habéis conseguido hasta la fecha. Una porción pequeña con un caldito, o una crema de verduras, y una ensalada os hará muy felices. Lo que sobre se puede congelar y para que quede como recién hecha no tenéis más que descongelarla con un golpecito de horno.

Os he grabado un vídeo con un tutorial para amasar pasta brisa, pero no sé cuánto tardará porque lo tengo que editar. Entre tanto, ahí va la receta.

Dificultad: Media.
Tiempo de preparación: 10 minutos (masa) + 1 hora (reposo y relleno) + 40 minutos (horno)
Materiales: cuenco, molde para horno, sartén, cuchillo, tabla, cuchara de madera, tenedor, rodillo, film de cocina.

Ingredientes:

Para la masa:
• 200 g de harina
• 100 g de mantequilla en dados
• 1 huevo
• 1 cucharada de agua
• 1 cucharadita de sal

Para el relleno:

• 1/2 cebolla cortada en juliana
  
• 1 cucharadita de azúcar
• 1 cucharadita de vinagre balsámico de Módena
• 1/4 de pimiento rojo en dados
  
• 1/3 de berenjena en dados
• 1 diente de ajo picado
  
• 1 tomate en dados
• 1 cucharadita de tomillo
• queso emmental rallado
• 3 huevos
• 200 ml de leche
  
• aceite
• sal y pimienta al gusto

Procedimiento:

• En un cuenco, combinar la harina con la sal y la mantequilla. Mezclar hasta obtener una textura arenosa.
• Añadir el agua y el huevo y mezclar hasta obtener una bola de masa homogénea. Envolver la masa en film de cocina y reservar en el frigorífico al menos una hora.
• Pochar la cebolla con un poquito de aceite a fuego medio. Cuando esté transparente, añadir el azúcar y caramelizar (con cuidadito de que no se os queme el azúcar, que luego amarga). Añadir el vinagre de Módena, mezclar, retirar y reservar.
• Saltear la berenjena a fuego vivo en un poquito de aceite hasta que esté dorada, añadir el pimiento, el tomate y el ajo. Cocinar hasta que esté todo bien pochadito y se haya evaporado toda el agua. Retirar y reservar.
• Extender la masa en un círculo de unos 2-3 mm de espesor.
• Colocar la masa en el molde y pinchar ligeramente el fondo con un tenedor (para que no se hagan burbujas y para que la condensación no ablande la base). ¡No hagáis los agujeros muy grandes, que se escapa el relleno!
• Precalentar el horno a 180º.
  
• Batir los huevos con la leche.
  
• Repartir las verduras pochadas por la base, cubrir con la mezcla de huevo y leche. Espolvorear con el queso emmental.
  
• Meter en el horno 40 minutos o hasta que esté dorada.

Tal que así:


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*Dice una amiga mía que hablo como su abuela, que soy la única persona por debajo de los 70 años que se refiere al telediario como "el parte" o al set de vinagrera y aceitera como "el convoy"...

Hachis parmentier

Después de mucho tiempo sin publicar, actualizo para traeros aquí una receta propia de los fríos invernales que tenemos. Es una receta francesa que debe su nombre, "Hachis parmentier", al nutricionista Antoine-Augustin Parmentier, quien estaba convencido de que ésta serviría contra la hambruna. Es un plato tradicional que permite aprovechar los restos de carne sobrantes de otra comida y que se puede hacer prácticamente con cualquier cosa. De hecho, fuentes fiables (bueno, una fuente fiable) de la propia Bretaña francesa informan de que con pescado también puede elaborarse esta receta.
La receta que traigo aquí es la que aparece en el juego "Cocina conmigo" de Nintendo DS y el resultado es buenísimo, aunque la elaboración es algo trabajosa.


Dificultad: Media.

Tiempo de preparación: 60 min.

Materiales: Olla o cacerola, sartén, rallador, bol, recipiente para horno, escurridor.


Ingredientes para 4 personas:

400gr. de carne picada de ternera.

1/2 cebolla.

600 gr. de patatas no muy grandes.

100 ml. de nata.

200 ml. de caldo de pollo o una pastilla de caldo de ave.

100 ml. de vino blanco.

sal, pimienta.

Mantequilla.

100 gr. queso gruyer.

Elaboración:

Primero, se pica la cebolla con ayuda de una tabla. Se cogen entonces las patatas, lavadas y sin pelar, y se ponen en una cacerola con bastante agua. Cuando el agua empiece a hervir, bajáis un poco el fuego y las dejáis 20 minutos cociendo. Una forma de saber si están es pincharles con un tenedor: si sale con suavidad, es que están. Después, se escurren las patatas y se lavan por encima con agua fría. Las dejamos apartadas en el escurridor con un plato debajo para recoger el agua que caiga.

Se precalienta entonces el horno a unos 200ºC.

Se pone una cucharada de mantequilla en la sartén (o aceite de oliva, como mejor os vaya) y se echa la cebolla, que se sofríe hasta que quede transaparente.
En la misma sartén, echamos la carme picada y la sofreímos hasta que cambie de color.

Añadimos entonces 100 ml. de vino blanco y los 200 ml. de caldo (que también se puede hacer echando en un cazo con agua una pastilla de caldo de ave y sale igual de bueno). Cuando empiece a hervir, bajamos un poco el fuego y,con ayuda de una cuchara o cazo, quitamos la espuma que flota en el caldo.
Hecho esto, dejamos la sartén en el fuego hasta que veamos que sólo queda 1/3 del volumen inicial de líquido.

Antes de apagarlo, le echamos sal y pimienta al gusto y le damos un par de vueltas más.

Volvemos entonces a las patatas. Con ayuda de un paño limpio, las cogéis, les quitáis la piel y las vais poniendo en un bol para machacarlas bien con un tenedor.
Echamos en el bol la nata líquida y la mezclamos con las patatas para hacer un puré al que añadimos sal y pimienta al gusto y removemos.

Cogemos entonces el recipiente del horno y lo untamos de mantequilla. Ponemos primero el puré de patatas y luego echamos la carne con el líquido que le ha quedado (aunque también se puede echar primero la carne y luego el puré y queda igual).
Le rallamos por encima el queso gruyer y lo metemos en el horno, que ya estaba precalentado. Lo tenemos ahí hasta que la superficie esté bien dorada.

Y ¡a comer!



*No es que la foto sea muy buena, pero es la que tengo. Confiad en mí si os digo que es bueno y barato. ;)